19 de Octubre 2003

Mi Coño.

Mi coño es suave y rosita (¡toma ya!), y quiero hacerle este homenaje simplemente porque él siempre se porta muy bien conmigo. Es un orgullo para mí tenerlo, sé que para muchas mujeres representa un tabú hablar de él. Supongo que si me hubiera hecho sentir alguna vez algo desagradable, para mí también lo sería. Pero ese no es mi caso. Sabe reaccionar siempre como yo necesito, o deseo o espero e incluso, muchas veces me sorprende.
A veces, mientras siento rechazo hacia tios que me dan asco o no soporto, él se excita, e inmediatamente siento ese asco-deseo que me da tanto morbo. Es una sensación que mientras me repulsa, me agrada. Es como si tuviera vida propia. Eso que dicen los tios, que su “amiga intima” va por libre, a mí también me pasa.
Sé que entre tios se da, pero entre chicas, normalmente, no puedes hablar abiertamente sobre tu coño o tu sexualidad, o sobre si vas cachonda todo el día o no, o que cuando bebo, se me suele mojar mucho, que cuando me lo comen se vician porque dicen que es muy suave y sabe muy bien, yo también lo creo así, me encanta el sabor de mi coño, no es en absoluto fuerte. Te miran raro. Y ya es cuando empiezan a decir que si eres ligera de cascos, que si eres un zorrón, que si eres una calienta pollas, etc... y demás gilipolleces. Por eso no tengo muchas amigas, y amigos tengo muchísimos con los que tengo confianza y hablo de mis intimidades, sin tener nada con ellos. ¿Será eso lo que, precisamente, les toque las narices? Como me importa realmente poco lo que piensen de mi, simplemente hago caso omiso a esa gente y sus comentarios, y sigo mi vida de la misma manera. Con y sin criticas. Me las paso por el coño, (je,je).
Durante siglos, las mujeres se han avergonzado de su sexo, gracias a la educación, a la religión, a una sociedad que sigue siendo bastante cerrada y machista, y a más de un hombre que ha llegado al poder y ha resultado ser un incondicional misógino. Gracias a todos esos factores, hay muchas mujeres que, hoy en día, no disfrutan del sexo, y no se atreven a decir a quien tengan de pareja (porque eso sí, si no es su pareja, entonces les da igual) que inclinaciones sexuales tienen, así como ellos tampoco se atreven a decirlo. Y es cuando surge la infidelidad, por la obvia necesidad de obtener satisfacción sexual. Ellos creen que si lo dicen, ella pensará que él es un degenerado, y ella piensa que si lo dice, él creerá que es una guarra. ¿Porqué la gente no dejará de estar pendiente de lo que creen o dejen de creer los demás, y simplemente se comportarán como realmente son? Por ejemplo, a mi me gusta sentir dolor y placer a la vez. Me gusta que un pedazo de hombre me tire del pelo, me insulte, me dé azotes porque me he portado mal, o ser su gatita mientras le ronroneo por sus caricias. Pero no siempre, a veces me apetece sexo convencional también. Pero eso, no se lo puedes contar a todo el mundo, porque ya te sale la típica feminista con el típico...: “Durante siglos hemos sido esclavas y ahora lo eliges tu porque te da la gana, ¡que vergüenza!” Pues si, precisamente por eso, porque soy lo suficientemente libre como para elegir mi preferencia sexual. Si elijo que me den azotes, lo elijo yo, nadie lo hace por mi. También es verdad que a veces, he elegido ser yo la que azote, y me lo he pasado muy bien. No tiene nada que ver, después mi vida cotidiana. No hace falta decir que ningún tio me ha maltratado ni cosas por el estilo, ni tampoco ha impuesto ninguna autoridad sobre mi. El sexo es simplemente un juego de adultos, y como tal, puedes elegir a que intensidad quieres jugar: 1° nivel de riesgo, 2°, 3°, etc...
Por eso hoy me he animado y después de tener una noche de sexo salvaje, he decidido hacerle este homenaje a mi coño. ¡¡¡¡ Porque tu lo vales!!!

Posteado por Miss Hadaly | 19 de Octubre 2003 a las 05:18 AM
Comentarios
Deja un comentario